Marina Pollán: “Cuando tienes una masa crítica es más fácil atraer talento”
Directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)
Marina Pollán es profesora de Investigación del Centro Nacional de Epidemiología en el Instituto de Salud Carlos III desde 2016 y ha desempeñado el cargo de directora científica del Consorcio de Investigación Biomédica en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) desde 2017 y, desde el pasado mes de febrero, es la directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Se trata de la primera directora del ISCIII que ha desarrollado su carrera en el organismo ya que se incorporó en 1990. Fue directora del Centro Nacional de Epidemiología entre febrero de 2019 y octubre de 2022, coordinando la labor de dicho centro durante la pandemia COVID-19.
También fue la coordinadora científica del Estudio Nacional de Seroprevalencia de la infección por SARS-CoV-2 (ENE-COVID), que ha tenido un gran reconocimiento internacional. Ha formado parte de la coordinación de evaluación de proyectos tanto en la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) como en el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) y ha participado en numerosos grupos de expertos y comités científicos nacionales e internacionales.
Desde 2021 coordinaba el eje de Medicina Predictiva del proyecto IMPaCT (Infraestructura de Medicina de Precisión asociada a la Ciencia y la Tecnología), para crear con los Servicios de Salud de todas las Comunidades Autónomas una gran cohorte nacional asentada en Atención Primaria que sirva como infraestructura de investigación en nuestro país.
Asumió el cargo de Directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en febrero de 2024, aunque lleva trabajando más de 30 años en el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). ¿Cómo valora estos primeros meses?
En primer lugar, a pesar de llevar muchos años vinculada al ISCIII, me he dado cuenta de que había muchas cosas que desconocía, especialmente aquellas relacionadas con la actividad del centro hacia el exterior. Durante este breve periodo de tiempo he podido conocer a muchísimas personas que tienen una vinculación con esta casa y proyectos de gran interés desconocidos para mí. Por ejemplo, no sabía que España tenía una posición tan importante dentro del ranking internacional en ensayos clínicos -somos el segundo país después de EEUU-; desconocía que éramos un país muy bien posicionado en terapias avanzadas, y tampoco conocía bien el CNIC, la Fundación CIEN o el CNIO
¿De qué manera ser una persona que ha trabajado en el ISCIII tantos años le ha servido para asumir este reto?
Yo aprecio y quiero mucho al ISCIII, y eso se tiene que notar en las decisiones que vamos tomando. Es una responsabilidad, pero también me asusta un poco, porque el ISCIII es muy grande y es posible que se hayan generado muchas expectativas entre mis compañeros de que van a cambiar las cosas muy rápido y, a veces, no es tan fácil porque los cambios llevan tiempo y también necesitamos más personal y presupuesto. Creo que los cambios se producen en todas las organizaciones poco a poco, y el ISCIII no va a ser una excepción. Así que lo primero que hice cuando me nombraron fue escribir a todos mis compañeros y decirles que mi intención era cuidar y mejorar la casa y que debían tener paciencia porque, entonces era bastante consciente y ahora lo soy más, de que es una tarea complicada. Y lo es más con los presupuestos prorrogados.
¿Se pensó mucho asumir esta responsabilidad?
Recibí una llamada estando de vacaciones y mi primera impresión fue decir que no, no me voy a meter en ese lío, pensé. Pero luego empecé a considerar que podía ser una oportunidad y me planteé dos objetivos estratégicos. El primero cuidar la casa, es decir, mejorar la situación y la capacidad de investigación y de liderazgo de los buenos investigadores y técnicos que tenemos dentro del ISCIII. El otro objetivo importante en ese momento para mí, ahora tengo otros nuevos porque conozco más la institución, era apoyar el desarrollo de la Cohorte IMPaCT [Infraestructura de Medicina de Precisión asociada a la Ciencia y la Tecnología]. Me pareció que era una oportunidad y que tenía que decir que sí.
Ha mencionado los presupuestos prorrogados
Los presupuestos son importantes porque cuando quieres hacer cosas nuevas, sin desatender lo que ya hay, la manera más sencilla es tener más financiación. Por ejemplo, los centros de excelencia como CNIC, CNIO o la Fundación CIEN ya esperaban un incremento de su nominativa, que está justificado por la actividad que realizan. Lo mismo ocurría con el CIBER y también con algunas iniciativas de financiación que se desarrollan desde la subdirección de evaluación y fomento de la investigación, como por ejemplo el programa Fortalece, que va dirigido a los institutos de investigación sanitaria, o en el CDTI para financiar proyectos conjuntos entre equipos del Sistema Nacional de Salud y determinadas empresas biosanitarias que no vamos a poder poner en marcha por la prórroga de los presupuestos de este año. Lo mismo ocurre con los centros propios: para consolidar su labor, fortalecerla e impulsar nuevos objetivos que debemos asumir como principal institución de salud pública necesitamos más personal. Los presupuestos dictan mucho de lo que puedes hacer; no lo son todo, pero dicen mucho.
En estos meses de trabajo, ¿qué necesidades ha identificado su equipo y cómo se han planteado abordarlas?
Desde el comité de dirección hemos debatido algunas ideas a desarrollar para fomentar la colaboración entre los diferentes centros que tiene el ISCIII. A veces, el hecho de estar en distintos campus -el ISCCII siempre ha tenido un campus en Majadahonda y otro en Chamartín (Madrid)- hace que haya desconocimiento del potencial que puede suponer unirte a un grupo de investigación que no es tu vecino. Y ahora tenemos un nuevo campus en Moncloa, donde están los laboratorios antidopaje. En ese sentido queremos lanzar una convocatoria interna de colaboración. Yo llevo la colaboración en mi ADN, tal vez por necesidad, porque después de haber aprendido mucha metodología, y estar queriendo desarrollar estudios de Cohorte, que era muy difícil en este país, empecé a colaborar con clínicos, genetistas, etc. Siempre me ha resultado muy atractivo porque es muy estimulante ver que otra persona sabe lo que tú no. Creo que fomentar la colaboración nos va a llevar a mejores proyectos.
¿Qué otros retos tienen por delante?
Otro reto que tenemos es el aniversario de la Escuela Nacional de Sanidad, que cumple 100 años. Se trata de la institución más antigua de esta casa. Yo misma soy alumna de la Escuela Nacional de Sanidad. Tenemos una unidad vinculada con la Escuela de formación de médicos especialistas en medicina preventiva y salud pública. De aquí ha salido Pedro Gullón, que ahora mismo es el Director General de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad, y la propia Ministra, que también es alumna, tiene muchas ganas de potenciar la Escuela. Es un área estratégica del ISCIII para apoyar también la formación continuada de los especialistas en el Sistema Nacional de salud. Por ello, necesitamos reforzar la Escuela.
El problema más grande que tenemos, que probablemente sea común a todas las Administraciones Públicas, es la falta de personal administrativo y de gestión. Sabemos que los sueldos de la Administración General del Estado no son competitivos, son más bien bajos comparados con los de las comunidades autónomas, y hemos sufrido durante años una descapitalización de personal que ahora mismo es grave. Nosotros solos no podemos resolver esta situación, porque los sueldos, los niveles, etc., vienen fijados por función pública. Se trata de un problema importante que se debería atajar.
Actualmente estamos en un proceso de estabilización y oferta de plazas, pero lo que nos ocurre con esos niveles que son más bajos es que son poco atractivos y los puestos se quedan sin cubrir. Es un problema en el que estamos trabajando porque somos conscientes que para hacer buena investigación necesitamos también personal técnico, de gestión, etc.
Atracción de talento. ¿Cómo hacer atractivo el Instituto para los investigadores?
Todavía no conozco la situación en todos los centros con tanta profundidad, pero mi centro, el Centro Nacional de Epidemiología, ha sido capaz de atraer talento en los últimos años. A los investigadores les gusta estar en un entorno en el que haya una masa crítica con quién puedan compartir ideas. Cuando tienes una masa crítica es más fácil atraer talento, a pesar de los sueldos, que son más competitivos en otros centros. Muchas personas valoran más estar en un sitio intelectualmente estimulante que ganar mucho dinero. El hecho de trabajar con colegas con los que compartir y aprender es una parte importante de la investigación.
Además, el ISCIII es una marca reconocible. Tenemos programas de atracción de talento tanto en la acción estratégica en salud, que es como se llama el conjunto de convocatorias que lanzamos desde el ISCIII, como en el área intramural. Tenemos contratos específicos para los institutos de investigación sanitaria para atraer talento. Pero también nuestro objetivo, además de atraer talento, es estabilizar ese talento, porque las convocatorias, por ejemplo, que tenemos para los institutos de investigación sanitaria, vienen con compromiso por parte de la Comunidad Autónoma de estabilizar a esas personas tras el contrato de 4 o 5 años. Y esto es un reto, porque a veces dentro del hospital para investigar hacen falta figuras que no están contempladas en lo que considera el personal estatutario como, por ejemplo, bioinformáticos, biólogos, bioquímicos, etc. Estas figuras aportan mucho a la investigación del hospital, pero las comunidades tienen dificultades en establecer cauces para fidelizarlas.
Ha hablado de financiación. ¿Se plantea el ISCIII nuevos modelos de financiación con la empresa privada?
Cuando yo empecé a trabajar en el ISCIII no se podía trabajar con la empresa privada. Ha cambiado mucho. De hecho, el año pasado tuvimos una convocatoria que unía grupos de investigación del sistema de salud con empresas biotecnológicas para trabajar conjuntamente. La parte del Sistema Nacional de Salud la financiaba el ISCIII y la de estas empresas lo hacía el CDTI. Tenemos también acuerdos con la Asociación Española contra el Cáncer, que es la principal organización no gubernamental financiadora de investigación en el ámbito del cáncer. Toda la financiación es bienvenida. La coordinación, por ejemplo, con la AECC para financiar proyectos de largo alcance ha permitido proyectos muy exitosos. Es un win win, pero siempre tiene que estar tasado el papel de la empresa porque somos un organismo público de investigación.
Ha mencionado el proyecto IMPaCT como uno de los factores que le hizo asumir el cargo de directora del ISCIII.
IMPaCT es la iniciativa que puso en marcha en 2020 el ISCIII para impulsar la investigación en Medicina de Precisión; tiene una parte de medicina genómica y otra de ciencia de datos. El primer pilar es la Cohorte IMPaCT, que consiste en la generación de una infraestructura de una cohorte de al menos 200.000 personas cuya información a través de cuestionarios, pruebas de imagen, muestras biológicas , etc. esté disponible para la comunidad científica. El ejemplo es UK Biobank, que ha sido un modelo para la mayor parte de los países desarrollados. Ya cuando yo era directora del CIBER de Epidemiología y Salud Pública, convencí a Raquel Yotti , entonces directora del ISCIII, de que España, como país grande dentro de la Unión Europea, se merecía tener una cohorte propia. Porque aunque muchos investigadores utilizan los datos de UK Biobank, realmente no nos representa bien: ni por estilo de vida, ni en genética, ya que nosotros tenemos una estructura genética con una influencia muy grande de los árabes que estuvieron aquí 8 siglos. De hecho, se ha visto ya que los modelos de estimación poligénica de riesgo (PRS) no funcionan tan bien aquí cómo lo hacen en la población anglosajona.
No es repetir por repetir, sino disponer de una infraestructura propia que permita obtener resultados aplicables a nuestro contexto.
Una de las novedades que incorpora la Cohorte IMPaCT, y así se estableció en la convocatoria, es que se está generando dentro del sistema de Atención Primaria de todas las comunidades autónomas. Y esto añade más dificultades para su puesta en marcha, porque, Atención Primaria tiene sus propios problemas, pero al mismo tiempo está suponiendo una mayor tasa de participación, lo que supone que la cohorte será más representativa de la población de nuestro país.
Así, mientras que el UK Biobank tiene una participación de un 5%, nosotros estamos por encima del 30%, que es inusual. Ninguna de las cohortes que se han creado hasta ahora de este tipo tiene una participación tan alta.
Cuando se habla de cohortes poblacionales siempre sale el modelo escandinavo.
Los países escandinavos son el Gold estándar. Pero extrapolar ese modelo aquí es más difícil. Se trata de países pequeños con un sistema de recogida de información único; pero aquí tenemos 17 comunidades autónomas. En ese sentido, somos un país federal y por lo tanto ese modelo no es automáticamente trasladable aquí.
Se trata de un modelo estupendo porque tienes toda la información recogida ad hoc y puedes explotar y utilizarla, lo que se denomina Real World Data. La Cohorte IMPaCT supone otra cosa porque, normalmente, a la población general no se le hacen tantas pruebas. Tener información más en profundidad y muestras biológicas de personas que no necesariamente acuden al sistema por un problema de salud, sino que se reclutan por muestreo a partir de la tarjeta sanitaria, nos permite tener información antes de que aparezca la enfermedad. El CNIC, por ejemplo, tiene proyectos en este sentido, como la cohorte PESA, que es un modelo para todos nosotros.
Se trata de adelantarse a la enfermedad, como señala Valentín Fuster [Director General del CNIC], una visión que se va a generalizar cada vez más. El envejecimiento de la población, la sofisticación de los tratamientos, etc., en la mayoría de los países desarrollados ha puesto de manifiesto que invertir en prevención es, en general, más eficiente que invertir en tratamiento. Retrasar la enfermedad puede ser un aspecto clave para poder seguir manteniendo un sistema de salud, aparte de que mejora la salud de la población. El problema de la prevención es que, al contrario del tratamiento, no siempre tiene el reconocimiento del futuro paciente, que ignora que, en su caso, se ha evitado o retrasado la enfermedad.
De nuevo nos topamos con el problema de la financiación cortoplacista.
Ver en el futuro a largo plazo es lo más complicado. Se trata de convencer a los financiadores que lo que estamos haciendo en la Cohorte IMPaCT va a tener resultados de aquí a 10 o 20 años. Sabemos que el UK Biobank empezó a producir un gran volumen de publicaciones a los 10 años de reclutamiento.
En el ISCIII queremos acelerar el proceso. Tenemos una estructura de financiación de proyectos a 3 años, como mucho 4 años, que hacen difícil lo de llevar a cabo una cohorte, porque requieren más tiempo. Tenemos la esperanza de que en cuanto completemos la implantación en todas las comunidades autónomas y se hayan establecido las normas sobre cómo utilizar esa información, la comunidad científica española aproveche este recurso para demostrar que es útil, que puede dar resultados de interés porque de otra manera no creo que se pueda mantener en el tiempo.
Además, teniendo en cuenta la actual financiación, hemos hecho un diseño de cohorte en el que estamos recogiendo muchísima información en la visita basal para que, si finalmente no pudiera mantenerse en el tiempo, tengamos suficientes datos como para que un seguimiento a través de la historia clínica fuera suficiente para, al menos, rentabilizar ese esfuerzo.
¿Cómo ve el ISCIIII en 10 años?
Yo querría que el Instituto siguiera siendo un organismo de referencia en investigación biomédica, tanto en la parte intramural como en la extramural. Además, que gracias al ISCIII se hayan podido disminuir las desigualdades existentes en la investigación de la salud de la población de las distintas comunidades autónomas y no haya comunidades de primera y de segunda a la hora de investigar. La investigación es un motor. Y, desde luego, espero que dentro de 10 años la cohorte IMPACT siga existiendo y haya producido artículos e información muy relevante para la salud pública de nuestro país.