Beatrice Olatundun Oluwatayo: La investigación en el CNIC es muy inclusiva; cubre todas las áreas
Universidad de Benín
La investigadora Beatrice Olatundun Oluwatayo, doctora en Fisiología por la Universidad de Benín y master en Fisiología Humana por la Universidad de Jos, Nigeria, ha sido la primera científica del continente africano en recibir una beca de la Fundación Mujeres por África y el CNIC (a través del Proyecto Severo Ochoa) para una estancia en el CNIC. La Dra. Olatundun Oluwatayo es una experimentada profesora titular y vicerrectora académica en el Federal College of Veterinary and Medical Laboratory Technology (FCVMLT), además de profesora titular visitante del departamento de Fisiología en la Universidad Madonna (MAU) y decana asociada de la Facultad de Ciencias Médicas Básicas (MAU). También es miembro de varias organizaciones profesionales como la Asociación de Científicos de Laboratorio Médico de Nigeria y la Sociedad de Fisiología de Nigeria (PSN), entre otras. Gracias a la Fundación Mujeres Por África y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), (a través del Proyecto Severo Ochoa), ha desarrollado el proyecto “Gender differences in cardiovascular health among adolescents”” en el CNIC.
¿Cómo evaluaría su experiencia en el CNIC?
Mi experiencia en el CNIC ha sido muy buena. Cuando apliqué para esta beca en el CNIC desconocía el gran potencial en investigación que tenía el centro. Pero cuando llegué, me quedé impresionada. No se trata únicamente de un centro dedicado a la investigación experimental, sino que su investigación trata de dar soluciones a problemas reales. Además, descubrí que la investigación en el CNIC es muy inclusiva; cubre todas las áreas. Hablamos de investigación traslacional, biología, ingeniería genética, todo está cubierto, especialmente en lo relacionado con el corazón. Para mí, que soy hematóloga, la sangre es vida, y el corazón es el motor que bombea esa sangre al cuerpo. Si el corazón falla, el cuerpo entero pierde su función. Por eso veo al CNIC como un centro de excelencia en investigación cardiovascular, vital para la existencia humana.
¿Cuál es el enfoque de su proyecto?
El enfoque inicial de mi proyecto en el área cardiovascular era analizar los efectos del alcohol en el sistema cardiovascular en población adulta. Sin embargo, al unirme al CNIC, descubrí que el grupo al que me integré, dirigido por el Dr. Rodrigo Fernández Jiménez, trabajaba con adolescentes. Esto es importante porque muchas enfermedades futuras comienzan en la adolescencia, incluso en la infancia. Dado que he trabajado con adolescentes durante gran parte de mi carrera, me pareció un enfoque adecuado. Actualmente, nos enfocamos en las diferencias de género en la salud cardiovascular de los adolescentes. Ya hemos avanzado en el análisis de datos y estamos en la fase de redacción de resultados.
¿Continuará con la investigación cuando regrese a su país y mantendrá la relación con el CNIC?
Sí, continuaré trabajando con el grupo. Aunque no hemos publicado los resultados aún, seguimos en contacto. Mientras estuve en CNIC, también organicé a mi equipo en Nigeria para recolectar datos sobre mi objetivo inicial relacionado con el alcohol. Aunque no tengo por el momento la licencia para utilizar el software estadístico en Nigeria, he podido asistir a cursos de capacitación y a congresos como el de la Asociación Europea de Hematología, gracias al apoyo de la Fundación Mujeres por África.
¿Cómo cree que la experiencia adquirida aquí impactará en la población de Nigeria y en la investigación?
He pedido a mi equipo en Nigeria que recoja datos para analizarlos con el conocimiento adquirido en el CNIC y continuar el trabajo cuando regrese. Mi objetivo es replicar la investigación en Nigeria y buscar financiación para ello. Como investigadora, ingresé en la gestión académica demasiado pronto. Como docente en una universidad, cuando asumí roles administrativos, no me quedó mucho tiempo para dedicarme a la investigación. Además, cuando terminé mi doctorado, ya era mayor, y al querer aplicar para un posdoctorado, me di cuenta de que la edad era un impedimento, lo que me desanimó y me llevó a enfocarme más en el trabajo administrativo. Sin embargo, he realizado algo de investigación, aunque la falta de financiación siempre ha sido un obstáculo. Para avanzar en investigaciones como las que se realizan en el CNIC necesitamos financiación.
Si no fuera por el apoyo de la Fundación Mujeres por África, no habría tenido la oportunidad de venir al CNIC y unirme a esta investigación, que me ha expuesto a muchos aspectos valiosos que replicaré con mis estudiantes y colegas jóvenes en Nigeria. Quiero que todos se enfoquen en la investigación, no solo en realizar experimentos y obtener resultados que no resuelvan problemas. La investigación debe estar orientada a solucionar problemas.
Quizás tenga otra oportunidad para trabajar en un área de investigación que me apasiona: la anemia de células falciformes, que es un problema en África. Quiero investigar cómo podemos desarrollar un medicamento que ayude a las personas afectadas. He trabajado algo en este tema, pero tuve que detenerme debido a la falta de financiación para la investigación traslacional. Necesitábamos modelos animales transgénicos para probar nuestras ideas, ya que no es posible comenzar directamente con pruebas en humanos. La falta de estos modelos ha sido un obstáculo. Creo que ambos proyectos pueden complementarse y juntos tendrán un impacto real en mi comunidad.
¿Qué importancia tienen programas como Mujeres por África para los resultados en su país?
Son muy importantes. No soy la única nigeriana aquí, y todos estamos llevando conocimientos valiosos de regreso a nuestras comunidades. La financiación que Mujeres por África y el CNIC (a través del Proyecto Severo Ochoa) proporcionan para esta investigación es crucial para Nigeria. Personalmente, no habría tenido esta oportunidad sin su apoyo.