Polipíldora: tres fármacos en una pastilla para evitar el segundo infarto

Polipíldora: tres fármacos en una pastilla para evitar el segundo infarto

Simplificar el tratamiento de la enfermedad cardiovascular y hacerlo accesible a cualquier persona. Eso es lo que ha logrado la polipíldora desarrollada por el CNIC y los laboratorios Ferrer, un fármaco que ha demostrado que tomar una única pastilla diaria tras un infarto no solo es una opción más cómoda, también salva vidas. La polipíldora ha confirmado ser eficaz en la prevención de eventos cardiovasculares tras un ataque al corazón, disminuyendo en un 24% los eventos cardiovasculares y en un 33% la muerte cardiovascular en los pacientes que previamente han sufrido un infarto de miocardio.

Así lo demostró el estudio SECURE, que se presentó en la sesión de Hot Line en el pasado Congreso Europeo de Cardiología (ESC 2022), celebrado en Barcelona y cuyos resultados se publicaron The New England Journal of Medicine (NEJM). “Los datos del SECURE revelan, por primera vez, que la polipíldora, que contiene aspirina, atorvastatina y ramipril, logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio”, destaca el investigador principal del estudio SECURE, el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC, Director del Mount Sinai Heart y Director Médico del Hospital Monte Sinaí.

El SECURE, además, ha sido elegido por la American Heart Association (AHA) como uno de los avances científicos más relevantes en el campo de la cardiología en el año 2022.

“A la enfermedad cardiovascular se le llama frecuentemente la epidemia del siglo XXI”, señala Óscar Pérez, Chief Marketing, Market Access and Business Development Officer de Ferrer. Y a pesar de que existe evidencia rotunda de la alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular entre la población, añade, “es cierto que las estrategias preventivas frecuentemente no alcanzan los resultados deseados, en parte, por la baja adherencia de los pacientes al tratamiento, es decir, el poco cumplimiento con la toma de los medicamentos prescritos”.

El proyecto surgió en 2006, durante un viaje a Rusia. Allí el Dr. Fuster comprobó cómo el seguimiento de los tratamientos era muy bajo. No solo por la incomodidad de tomarse todas las pastillas, sino también por el precio elevado de los medicamentos. Pensó entonces que una fórmula ideada para combatir la epidemia de VIH también podría servir para hacer frente a la pandemia de las enfermedades cardiovasculares, las que más matan en el mundo.

Polipíldora: tres fármacos en una pastilla para evitar el segundo infarto

Los datos del estudio SECURE revelan, por primera vez, que la polipíldora logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio

El CNIC se alió con Ferrer y se inició el proyecto de la polipíldora para el corazón. “En Ferrer apostamos por generar un impacto positivo en la sociedad y, en nuestra misión de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, creemos firmemente que la colaboración público-privada es uno de los motores principales de la innovación. Por ello, cuando nos encontramos ante un proyecto de tanto calado social como es la mejora de la prevención en la enfermedad cardiovascular, nuestra apuesta fue firme y decidida”, recuerda Óscar Pérez. 

Ahora, tras años de investigación, un nuevo estudio le da la razón al Dr. Valentín Fuster.

A pesar de que se incide mucho en los factores de prevención de las enfermedades cardiovasculares, muchas personas siguen sufriendo un infarto, que obliga a seguir un tratamiento de por vida. 

Explica el Dr. Fuster que los medicamentos que mejoran la expectativa de vida después de un infarto son bien conocidos. “Todos los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, y no tienen contraindicaciones, deben tomar una estatina para reducir el colesterol, un hipotensor de la familia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), un bloqueador beta-adrenérgico y aspirina. El problema es que los medicamentos se han de administrar todos los días, y ello obliga al paciente a tomar un número importante de comprimidos o pastillas”.

Aunque se trata de enfermos muy concienciados, seguir este régimen terapéutico no es fácil. Se sabe que el 50% de los pacientes con enfermedades crónicas no toman adecuadamente la medicación. Esta falta de adherencia al tratamiento determina que la protección baje y aumenten las complicaciones.

La adherencia al tratamiento está influenciada por muchos factores diferentes, pero uno de los más importantes es la complejidad de la terapia que recibe el paciente. A mayor número de medicamentos o mayor complejidad, menor adherencia. Además, los medicamentos para la llamada prevención secundaria (en personas que ya han sufrido un infarto) tienen en determinados países, generalmente de renta baja o media, un coste elevado, inasumible para la mayoría de la población. Como consecuencia de todo ello, la enfermedad sigue extendiéndose por el mundo como una epidemia.

DR. VALENTÍN FUSTER: “La polipíldora podría convertirse en una parte integral de las estrategias para prevenir eventos cardiovasculares en pacientes que han sufrido un infarto. Al simplificar el tratamiento y mejorar la adherencia, este enfoque tiene el potencial de reducir el riesgo de enfermedad recurrente y muerte cardiovascular a escala mundial”

“Los hallazgos de SECURE sugieren que la polipíldora podría convertirse en una parte integral de las estrategias para prevenir eventos cardiovasculares en personas que han sufrido un infarto”, subraya el Dr. Fuster. “Al simplificar el tratamiento y mejorar la adherencia, este enfoque tiene el potencial de reducir el riesgo de enfermedad recurrente y muerte cardiovascular a escala mundial”. Para Fuster, “estos nuevos resultados tienen un gran impacto para los pacientes y los sistemas sanitarios”.

Actualmente, la polipíldora cardiovascular está comercializada en 25 países.