Enseñar resucitación cardiopulmonar es enseñar a salvar vidas
El CNIC ha participado en el 2º Día Europeo de la Resucitación Cardiopulmonar de la forma más útil: haciendo que profesionales de la RCP enseñen a público general como resucitar un corazón o, en otras palabras, como ayudar a salvar la vida de una persona que sufre un infarto de miocardio.
En una carpa situada en la explanada del centro, miembros del Summa 112 han explicado los cuatro sencillos pasos que pueden separar a un afectado por infarto de la muerte. La iniciativa ha contado con un gran éxito de asistencia y mucho interés por parte de los viandantes que se han acercado.
Según explica Alonso Mateos, el coordinador –junto a Borja Ibáñez- de la actividad organizada en CNIC, esta iniciativa parte del European Resuscitation Council, que aborda el tratamiento a la parada cardiaca en el ámbito europeo. El ERC pertenece a un organismo más amplio, ILCOR, un comité encargado de hacer las guías de tratamiento de parada a nivel mundial. “Es de las pocas guías que están totalmente universalizadas”, subraya Mateos.
Este profesional tiene clara la importancia de aprender RCP para la población general ya que, señala, se trata de una de las medidas que más vidas puede salvar. “La primera asistencia es muy importante y que llegue el equipo de emergencias puede no servir si esta asistencia no ha sido adecuada”, recalca.
Mateos apunta a que el conocimiento de estas maniobras es “muy escaso”, a pesar de que cada vez hay más desfibriladores automáticos (DEA) situados en lugares públicos, que de poco sirven si la gente no se anima a utilizarlos.
Los cuatro pasos clave en esta maniobra son: llamar rápidamente a los servicios de emergencia, comprimir el tórax del paciente, hacer una descarga eléctrica con la ayuda de los DEA y sonreír. “Sin duda, son medidas salvadoras”, confirma el experto en atención de Urgencias.