Fallece Sammy Basso, el paciente con progeria más longevo del mundo

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7 Oct 2024
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Research
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Sammy Basso, el joven italiano que se convirtió en un símbolo de lucha y esperanza a nivel mundial por su batalla contra el síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford falleció este 5 de octubre de 2024 a los 28 años de edad. A pesar de vivir con una condición que causa envejecimiento prematuro, Sammy superó los desafíos físicos y limitaciones de su enfermedad para inspirar y educar a pacientes y familiares, investigadores y público general de todo el mundo.

Desde una edad temprana, Sammy se dedicó a crear conciencia sobre la progeria, una enfermedad genética muy rara que afecta a una pequeña parte de la población mundial, con una prevalencia de 1 en 18-20 millones de personas. Fundó la Asociación Italiana de Progeria Sammy Basso ONLUS para recaudar fondos e impulsar la investigación biomédica, con el objetivo de encontrar una cura y mejorar la calidad de vida de los niños afectados.

Sammy era un apasionado del conocimiento y nunca permitió que su enfermedad frenara su curiosidad ni sus sueños. Se graduó en Ciencias Naturales por la Universidad de Padua, con especialización en Biología Molecular, demostrando su compromiso con el avance de la ciencia. También participó en documentales y conferencias, compartiendo su experiencia y sensibilizando al público sobre la importancia de la investigación médica.

Sammy se graduó en Ciencias Naturales por la Universidad de Padua, con especialización en Biología Molecular

A lo largo de su vida, Sammy mantuvo una actitud positiva y demostró un notable sentido del humor y resiliencia. Su historia no solo generó apoyo para la investigación de la progeria, sino que también inspiró a millones de personas a valorar la vida y enfrentar los desafíos con valentía. De hecho, RTVE emitirá próximamente un episodio de En Portada dedicado a la progeria, en el que participaron Sammy Basso y Alexandra Peraut, entre otros pacientes.

“Tuve la suerte de conocer a Sammy Basso con motivo de nuestra colaboración con la Progeria Research Foundation, y siempre lo recordaré como una persona feliz y serena, a pesar de ser plenamente consciente de la gravedad de su enfermedad, y profundamente comprometido con la investigación. Sammy tenía una admiración infinita por la ciencia y confiaba en que se encontrarían tratamientos eficaces, contribuyendo constantemente a ese objetivo”, afirma el Dr. Vicente Andrés, director de Investigación Básica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y líder del Grupo de Fisiopatología Cardiovascular Molecular y Genética.

El Dr. Andrés recuerda que un ejemplo de su grandeza fue su reacción a estudios recientes sobre terapia génica en modelos de ratón con progeria. Sammy comentó: “No sé si esta terapia me ayudará, pero por primera vez creo que los niños con progeria podrán vivir una vida normal”. Aunque los avances en la investigación en progeria no llegaron a tiempo para él, su optimismo sigue siendo una fuente de esperanza para el futuro.

Otra muestra de su generosidad fue cuando, al invitarle a participar en un consorcio de investigación, se ofreció a colaborar sin solicitar presupuesto para su asociación, prefiriendo que los fondos se dedicaran íntegramente a la investigación.

El legado de Sammy Basso perdurará en las vidas que tocó y en los avances que sus esfuerzos ayudaron a hacer posibles. Deja una huella indeleble en la ciencia médica, la defensa de los derechos de los pacientes y en el corazón de quienes lo conocieron o siguieron su historia.

Sammy es recordado por su increíble espíritu de superación, su amor por el conocimiento y su inquebrantable dedicación a mejorar el futuro de otros.